Serie El Consorcio Terrestre: Segundo Escrito

Serie el Consorcio Terrestre: Segundo escrito

-No podemos mantenerle aquí. Es un riesgo para la seguridad -Dijo un hombre

Poco a poco Taoz empezó a ser consciente de lo que ocurría a su alrededor. Le llegó a sus fosas nasales el típico aroma de los hospitales, la excesiva esterilidad y el penetrante hedor a desinfectante. Pero había algo más que podía captar en ese ambiente: el inconfundible olor de la sangre.

-Ya es tarde. No podemos devolverlo en este estado o moriría- Escuchó una voz que reconocía -Es mi deber como médica tratarle -Ya lo recordaba, era la mujer que le había salvado en el túnel.

Taoz se dispuso a hablar pero no podía. Intentó decir algo que no era capaz. Abrió los ojos y se asustó porque tampoco podía mover el cuello. Kara y el hombre con el que estaba hablando se volteraron a verle moverse cuanto podía al estar atado a la cama del hospital. El hombre vestía un mono de color negro y estaba entrado en años; llevaba unas medallas en la parte superior del uniforme y un cinturón con una pistola enfundada. La mujer llevaba los pantalones y la chaquetilla de color blanco, con el típico aspecto sintético de los uniformes de los hospitales. La diferencia era una franja doble amarilla en el pantalón.

Continúa...

-Tranquilo-Se acercó Kara -Luego hablamos -Le dijo al hombre que, seguidamente, salió de la Habitación.

Miró a los lados al no poder mover la cabeza. A juzgar por la apariencia estaba en un hospital pero no se parecía a ningún hospital del Consorcio. Todos ellos estaban acristalados y siempre tenían todas las habitaciones alguna ventana. Las paredes eran de un color grisáceo y tenían pocos cuadros colgados. El cableado estaba a la vista, y no parecía que hubiera ninguna intención de esconderlo. Lo único que le separaba de las otras charlas que escuchaba, eran unas viejas telas que colgaban de unos soportes de metal entre cada cama del hospital a modo de separadores. De hecho parecía un hospital militar hecho apresuradamente para tener lo indispensable.

-Espera a que te saque el aparato para respirar.
Ya está

Se fijó por qué no podía hablar entonces. le habían metido uno de esos cachivaches para poder respirar y con ello en la garganta, ya consciente, no podía casi ni respirar. A pesar de notarse la garganta seca, trató de hablar y tampoco pudo.

-Aguarda un momento. Debes de tener la garganta seca-Se alejó un momento y volvió con un vaso de agua -Tomatelo despacio.

Empezó a beber el agua a pequeños sorbos y se concienció de la sed que tenía. ¿Cuánto tiempo había estado insconsciente?

-Gra-cias

Kara le dedicó una sonrisa y tomó el vasó.

-Es mi trabajo y vocación -Se dió la vuelta y puso el vaso en la mesilla.

-¿Qué es esto? -Quiso levantar la mano y señalar a su alrededor, pero sólo consiguió elevarla un poco.

-Habrás visto que no estás en un hospital común del Consorcio, repletito de su propaganda y la de la Compañía... -Chasqueó la lengua-No puedo darte información, lo siento.

Se levantó, presta para dejarle y atender a otros pacientes.

-Sois Khen-Sa ¿verdad?

Kara se detuvo en seco.

-Todo lo sabrás a su tiempo - y se alejó.

Khen-Sa... la resistencia. Tan famosos desde sus atentados en la Magna Luna y en la propia Terra. En Telosia no había mucha información acerca de ellos, debido en parte a su reducida actividad en el planeta, pero todas las colonias del consorcio sabían de ellos por estos atentados. Después de buscar más información sobre ellos, diversos comunicados de los BiteCorp avisaban de sus prácticas oscuras de adoracion a los agujeros de gusano, de algunos asesinatos, robos y más atentados de menor alcance. Esta facción oculta había sido uno de los motivos por los que había querido entrar a los BiteCorp. Nada que atentara o asesinara podía ser bueno. Aunque a estas alturas-miró hacia su hombro- no podía saber quién llevaba o no razón... Al fin y al cabo, quien controla los medios controla el poder mediante la información, y la Compañía lo controlaba; por lo que, harían todo lo posible por mantener al Consorcio guiando a la Sociedad.

Continuará...

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Carlos Moreno

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