lunes, 7 de abril de 2014

Crisis de valores


Crisis de valores

Mucho se habla desde hace ya tiempo de una crisis económica pero se difunde mucho menos otra crisis, una crisis destinada a morir en solitario sin que nadie haga nada por salvarla de la caída. Una crisis que hace que el alma humana se muera de sed para convertirse en un autómata o en poco más que un animal salvaje. Lector, me estoy refiriendo a la crisis de los valores que sin duda no sabrá de su difusión pero seguro que ya habrá percibido de motu proprio.

Continúa


Desde hace varios años, cada nueva generación pierde algo que nos conforma como humanos. Como si de la edad de una persona se tratara cuyos cromosomas a lo largo del tiempo se acortan perdiendo información genética, esto ocurre en estas nuevas generaciones, sólo que la palabra “nuevas” ya denota de por sí que no son “viejas” y no les acompaña la sabiduría que ello conlleva, pues no la buscan. Estas “nuevas generaciones” han perdido algo muy importante, algo que nos configura como humanos, algo que nos corroe por dentro del cuerpo y por nuestras respectivas almas, lector; que sin duda ya usted habrá experimentado o no estaría leyendo esto. Con este “algo” a lo que me refiero es la CURIOSIDAD.

La curiosidad es el primer índice de aprendizaje que tiene cualquier ser, humano o no, cuando tocamos algo caliente, aún cuando nos lo dicen, y apartamos la mano es por que nunca lo habíamos hecho y hemos descubierto algo básico: quema, no lo toques más. Pero este conocimiento básico nos hará escalar poco a poco mayores metas del saber. Mas, estimado lector, no hablamos solamente de la curiosidad, sino de esta crisis de valores y uno más en particular se está muriendo sólo y abandonado en la oscuridad como le ocurre a la curiosidad. Este valor es el RESPETO. Sea quien sea con quien se trate se ha de mantener un decoro, un respeto, una deferencia en el trato ¿Cómo vamos a aprehender algo si no respetamos a las personas? Especialmente a las cuales nos lo tratan de hacer entender. Si no tenemos respeto a esas personas, no tenemos respeto al conocimiento que transmiten y, por lo tanto, no podemos hablar de una curiosidad muy desarrollada, sino de un conformismo “ilustrado”, dispénsenme si me muestro lacónico.

 Año tras año uno se da cuenta del receso cultural voluntario de la sociedad, la sociedad retrógrada en la que estamos en la que acabaremos viviendo la etapa cultural de la posguerra aunque no tenemos la excusa de aquél entonces: tenemos escuelas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario